Sabemos que para las empresas es muy importante la función que realizan sus comerciales puesto que gran parte de los beneficios que obtienen vienen de las labores que llevan a cabo, ya que son los encargados de dar a conocer los productos y/o servicios que ofrece la empresa y venderlos a sus clientes.

En los últimos años hemos podido ver cómo gracias al gran avance de la tecnología y a las apariciones de dispositivos, herramientas y softwares tan útiles como el CRM o el ERP, las empresas han podido mejorar su eficiencia, productividad y potenciar aún más sus oportunidades de venta.

Las relaciones con nuestros clientes forman parte de nuestro día a día y es lo que constituye la base de nuestros negocios. Con lo cual contar con herramientas de gestión apropiadas y eficientes hacen que esta actividad sea aún más sencilla y podamos conocer un poco más sobre las personas o clientes con los que nos relacionamos a diario.

En un CRM (en inglés Customer Relationship Management, o Gestión de las relaciones con clientes) podemos centralizar en una base de datos única toda la información relevante de nuestros clientes, y así poder saber con anticipación cuáles son sus necesidades.

Bien es sabido que en todas las empresas es fundamental la gestión de los procesos de ventas para la obtención de resultados. Un proceso de ventas puede comenzar por un encuentro casual, por una búsqueda de información en internet, por un mail, por una referencia de un cliente, por un empleado de la propia empresa o por muchas otras razones.